miércoles, 12 de julio de 2017

Las botas que levantaron polvo en el sur

Un día pisaron un par de botas de cuero el pueblo del sur. No se supo de dónde vino, solo llegó, con un vestido de flores, un sombrero de cuero color caramelo y una maleta con remiendos que parecia no pesar mucho. La chica de las botas.
Llegó por la puerta grande, y ningún ojo pudo evitar verla, ni siquiera la señora Olson. Y con una sonrisa cálida se dirigió hacia el hostal del pueblo, como si supiera de ante mano dónde quedaba.
Mucho se rumuró de ella: que era nieta de una vieja viuda que había vivido y muerto en el pueblo; que era la "loca de los pueblos" y la habían echado de todos; que era una hija negada del viejo Willy; que jamás exisitió, que solo fue una leyenda. Lo cierto es que ella recorría todos los campos semabrados y los desiertos valdios sin miedo alguno, y llegaba intacta, ni si quiera una peca se le asomó en la naríz....siempre decía que estaba hablando con su amigo. Un día fue al campo y jamás volvió. Su cuerpo no se encontró, ni sus botas. Algunos vagabundos que recorrían las afueras del pueblo la llamaban la amiga de Dios.

2 comentarios:

  1. Wow, pelos de punta. Me encanta como escribes, guapa. Tu estilo, tus textos, todo.
    Un besote.

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  2. Gracias Kat! Besitos para ti también!

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